El presunto avistamiento se registró en el jardín de una vivienda ubicada en el barrio La Castellana de Montería, Córdoba; donde según versiones del propietario del inmueble, el molusco fue quemado y enterrado.
Atendiendo el llamado de la comunidad del sector mencionado, el 23 de septiembre de 2016, profesionales del Centro de Atención y Valoración de Fauna Silvestre – CAV – CVS, visitaron lugar con el fin de verificar la presencia de individuos de la especie caracol gigante africano – Achatina fúlica, extraerlos y retirarlos.
Se realizó la extracción del animal incinerado, e inspeccionaron el barrio y sus alrededores para constatar que no hubiera más de estos individuos.
El caracol gigante africano es una especie invasora que a simple vista es lento e inofensivo, puede llegar a medir hasta 30 centímetros, y adaptarse a condiciones climáticas extremas. Se reproduce a gran velocidad, ya que pone entre 30 y 300 huevos que arrojan crías en 20 días.
Se ubican en zonas de suelos muy húmedos, la lluvia causa que salgan a buscar nuevas fuentes de alimentación para proliferarse rápidamente, se alimenta de vegetales, pero para sobrevivir han logrado adaptarse en gran medida a este medio, consumiendo desechos de alimentos y animales muertos.
Achatina fúlica por su nombre técnico, se está volviendo una amenaza nacional, no sólo ambiental y agrícola, sino para la salud pública. Esta especie invasora desplaza a otras y daña ecosistemas. Para los agricultores es una plaga que destruye cultivos, mientras que para la sociedad civil este representa un riesgo en la salud, ya que es vector de nemátodos del género Angiostrongylus normalmente presentes en los pulmones de ratas, y que se transfiere al comer caracoles crudos o mal cocidos, ocasionando meningoencefalitis eosinofílica o la ileocolitis eosinofílica, en humanos y animales silvestres, ambas confirmadas en nuestro continente.
Cuando el caracol contamina alimentos que son consumidos sin lavar, la persona se expone a que dicho parásito migre dentro de su cuerpo causando dolores abdominales y meningitis. Cuando esto ocurre pueden producirse irritaciones directas e indirectas que inflamarían las membranas (meninges) que cubren el sistema nervioso. Otra forma de contagio es por contacto directo, después de tocarlos llevar las manos contaminadas a los ojos, nariz o boca.
Esta especie altamente invasora ubicada entre las 100 más peligrosas del mundo, según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza UICN, llegó al país desde Kenia, Mozambique y Tanzania, al parecer, en un intento de comerciantes del sur del país para negociar con su baba y carne.
Aunque no es venenoso, si es necesario realizar los procedimientos de manejo, manipulación y eliminación adecuados, para evitar que se propague y siga afectando cultivos, ecosistemas y la salud de las personas.
Es importante que la comunidad de aviso oportuno a la CAR CVS ante la presencia del caracol, para tomar medidas de control y darle un manejo adecuado hasta su disposición final, según lo establecido en la Resolución Nº 0645 de 7 de abril de 2011, expedida por el Ministerio de Ambiente.
Si identifica individuos de esta especie, repórtelo en las siguientes líneas: 7890605 – 7890611 – 7890693 – 7890693 – 7890609 – 7890617.
De acuerdo a lo anterior, se deben tener en cuenta las siguientes recomendaciones:
- Evitar el contacto directo con el caracol y la baba que éstos producen, principalmente en los ojos, nariz y boca.
- Mantener a los niños y mascotas alejados de los sitios donde se presencie el caracol.
- En caso de contacto lavar inmediatamente.
- No consumirlo, transportarlo y/o comercializarlo.
- Evitar y eliminar de los jardines restos de madera, tejas, ladrillos, escombros u otros elementos que puedan conservar humedad y servir de refugio por el caracol.
- No usarlo como carnada, adorno o mascota.
- No deben ser incinerados vivos.
- En caso de establecer contacto si es necesario, se deben usar guantes de carnaza, impermeables y tapabocas, para luego depositarlos en bolsas plásticas con agua para ahogarlos, o agregarles gran cantidad de sal de cocina o cal, esto permitirá la deshidratación del caracol, y finalmente cerciorarse que estén muertos para enterrarlos a una profundidad considerable, evitando así malos olores y que animales domésticos los consuman, los guantes y tapabocas deben ser desechados.
- Estos no deben llegar a los rellenos sanitarios vivos.