Fiscales estadounidenses presentaron formalmente la acusación contra dos oficiales del ejército venezolano por el cargo de conspirar para introducir cocaína en Estados Unidos.
Los fiscales en la oficina del fiscal federal en Brooklyn presentaron las acusaciones contra el general Néstor Reverol, ex jefe de la Guardia Nacional del país y de su agencia antidrogas, y el general Edylberto Molina, ex segundo al mando al general Reverol en la agencia antidrogas.
Los dos hombres estuvieron al frente de la agencia, conocida como la Oficina Nacional Antidrogas —que los fiscales estadounidenses compararon con la Administración de Control de Drogas, o DEA, por su sigla en inglés— entre 2008 y 2010. La acusación sostiene que los dos hombres ayudaron a facilitar los envíos de cocaína desde Colombia a EE.UU. a través de Venezuela, México y América Central.
El general Molina se desempeña actualmente como agregado militar de Venezuela en Alemania. El general Reverol renunció hace poco como jefe de la Guardia Nacional y aún no ha sido reasignado.
Fiscales y agentes federales de Miami, Nueva York, Washington y otras jurisdicciones han llevado a cabo amplias investigaciones de varios funcionarios venezolanos por presunto tráfico de drogas y lavado de dinero, de acuerdo con funcionarios que participan en las investigaciones. En noviembre pasado, dos sobrinos de la primera dama de Venezuela, Cilia Flores, fueron detenidos en Haití y llevados a Nueva York, donde enfrentan a cargos de conspiración para importar 800 kilos de cocaína a EE.UU. Los dos hombres, que se han declarado inocentes, están en espera de juicio en Manhattan.
Las investigaciones son una respuesta a una explosión del tráfico de drogas en Venezuela, que atraviesa una crisis política y económica. Funcionarios estadounidenses y analistas dicen que el fuerte aumento del tráfico de drogas en Venezuela se debe a que los traficantes trasladaron sus operaciones a ese país desde Colombia, donde se encontraban bajo fuerte presión del gobierno. En Venezuela, dicen los funcionarios estadounidense, los traficantes encontraron un gobierno y militares deseosos de permitir y en última instancia, controlar el tráfico de cocaína en todo el país.
En 2013, alrededor de 131 toneladas de cocaína, aproximadamente la mitad de la producción colombiana de esa droga, se movieron a través de Venezuela antes de ser transportadas a EE.UU. y Europa, de acuerdo con estimaciones de Washington.
“Los envíos exportados desde Venezuela por lo general consistían en cientos de kilogramos de cocaína, a veces superior a mil kilogramos en un envío”, según la acusación.
El año pasado, un artículo de primera plana de The Wall Street Journal mencionó al general Reverol como uno de los funcionarios venezolanos que estaban siendo investigados por EE.UU.
Las fuerzas armadas de Venezuela y en especial la Guardia Nacional, están profundamente involucradas en el tráfico de drogas, según funcionarios estadounidenses y analistas.