Yuliana Aguirre, es el nombre de la joven de 21 años que fue asesinada por su novio Erwin Valdés Ortiz, de 25 años en Santiago de Chile.
Los familiares de la joven no encuentran resignación y aclaman justicia, se les dificulta creer que el joven también vallecaucano que Yuliana conoció en el barrio de Andalucía de la ciudad, la haya asesinado de manera atroz, estrangulándola y descuartizándola; para más tarde arrojar los restos al río Mapocho.
El cadáver fue hallado en el principal afluente, en área metropolitana de Santiago de Chile, y una foto de la muñeca, donde había un tatuaje con el nombre del sobrino fue lo que permitió a sus familiares el reconocimiento de Yuliana. La vallecaucana fue hallada desmembrada en bolsas y hasta el miércoles en la tarde solo se habían encontrado sus brazos y piernas.
Vecinos de la pareja manifestaron que era muy común las riñas entre la pareja, y el día del crimen señalaron que el equipo de sonido estaba a todo volumen.
Según su propio relato, Valdés, quien se declaró culpable ante las autoridades chilenas, cometió este repudiable acto “gracias a conocimientos forenses que adquirió de su padre, hizo torniquetes con cordones de zapatos para evitar el escurrimiento de la sangre en los extremos cortados, para después arrojar los restos al río, a la altura de Estación Mapocho, sin que nadie se percatara.”
Por su parte, los familiares y amigos de Yuliana sufren por no saber cuándo podrán sepultar restos, esperan ayuda para el traslado del cuerpo y piden apoyo de la Cancillería colombiana.