Un jurado federal de Nueva York declaró culpables el viernes a dos sobrinos del presidente venezolano Nicolás Maduro de planear el envío ilegal de cientos de kilogramos de cocaína desde el hangar presidencial en el aeropuerto de Caracas a Honduras, para de allí contrabandear la droga hacia Estados Unidos.
Es probable que el veredicto fortalezca las alegaciones del gobierno estadounidense de que Venezuela se ha hecho de la vista gorda ante el narcotráfico y empeore las ya contenciosas relaciones entre los dos países.
Los dos acusados, Efraín Campo, de 30 años, y Francisco Flores, de 31, enfrentan un máximo de 10 años de prisión por cargos de confabulación. La sentencia probablemente se emita en marzo.
El jurado de cinco hombres y siete mujeres llegó a su decisión después de siete horas de deliberaciones. Un secretario del tribunal dijo a los reporteros que los jurados planeaban regresar el lunes, pero entonces parecieron llegar a una decisión al final de la jornada.
Cuando los jurados regresaron a la sala del tribunal caminaban con la vista baja. Uno pareció mirar a los acusados antes de sentarse, después de lo que pareció una deliberación intensa. Al presidente del jurado le temblaba la voz cuando leyó el veredicto de culpabilidad. Entonces respiró profundo y pareció desplomarse en su silla después de confirmar la decisión al juez.
El abogado de Campo, John Zach, dejó una marca en la parte de atrás del suéter azul de su cliente, donde lo tocó después de leerse el veredicto. Campo y Flores miraban hacia adelante y no expresaron ninguna emoción. Los dos abrazaron a sus abogados antes que los guardias se los llevaran.
El veredicto pareció aceptar las alegaciones de la fiscalía de que los dos hombres, que son primos, eran narcotraficantes de larga data que sabían lo que estaban haciendo, y rechazaron las aseveraciones de la defensa de que eran víctimas inocentes de una operación encubierta estadounidense conducida por un informante confidencial que ganó $1.2 millones con la coordinación de la operación.
La fiscalía había reconocido que el informante, miembro del Cartel de Sinaloa, México, había realizado transacciones de drogas mientras trabajaba para la Dirección Antinarcóticos de Estados Unidos (DEA). Pero los fiscales alegaron que eso no afectaba el resto del caso, que incluía docenas de mensajes de texto y grabaciones de audio y video que parecían mostrar que los primos planeaban entrar ilegalmente en Estados Unidos 800 kilogramos de cocaína.
El veredicto agrega tensión de inmediato a las relaciones entre Estados Unidos y Venezuela, que ha acusado a Washington de planear el derrocamiento de Maduro.